viernes, 17 de febrero de 2012

REFLEXION

Los actos míos,  son más mios, si son también de todos, para que pueda ser, he de ser otro, salir de mí, buscarme entre los otros, los otros que no son si yo no existo, los otros que me dan plena existencia.

Octavio Paz


UNA PROPUESTA FORMATIVA QUE TIENE COMO COLUMNA VERTEBRAL: LA PLANEACION  QUE ES LA HERRAMIENTA ESENCIAL DEL PROCESO DE APRENDIZAJE EN EL AULA.


MAPA CONCEPTUAL:

jueves, 14 de abril de 2011

La naturaleza del tacto


La esencia del tacto no es inherente al simple deseo o habilidad de llevarse bien con los demás, para establecer buenas relaciones sociales con ellos. El tacto tiene propiedades interpersonales y normativas adecuadas para las interacciones pedagógicas con los niños.
La persona que muestra tacto parece tener la habilidad de actuar con rapidez, con seguridad, con confianza y de forma adecuada en circunstancias complejas y delicadas.
Una persona con tacto debe ser fuerte, porque el tacto impone que se sea franco, directo y candoroso cuando la situación lo requiera, el tacto es siempre sincero y confiado, nunca falso o engañoso; consiste en una serie compleja de cualidades, habilidades y competencias; una persona que tiene tacto posee la habilidad de saber interpretar los pensamientos, las interpretaciones, los sentimientos y los deseos interiores a través de claves indirectas como son los gestos, el comportamiento, la expresión y el lenguaje corporal, es como si fuera capaz de leer la vida interior de la otra persona, el tacto consiste en la habilidad de interpretar la importancia psicológica y social de las características de esta vida interior.
El tacto sabe cómo interpretar, por ejemplo la significación profunda de la timidez, la hostilidad, la frustración, la brusquedad, la alegría, la angustia, la ternura o la pena en situaciones con tacto parece tener un agudo sentido de la normas, los limites y el equilibrio, que hace posible saber casi automáticamente en que momento intervenir en una situación, y a que distancia hay que mantenerse en circunstancias concretas.
El tacto parece caracterizado por la intuición moral: una persona que posee tacto parece saber qué es lo que hay que hacer.
El termino tacto, igual que táctil, se refiere a tocar, que según el Webster significa manejar o tratar de apreciar o entender con delicadeza, no solo de forma meramente intelectual.
Tenemos que distinguir entre tacto y táctica. Una táctica es un método para conseguir un fin, mientras que el tacto es esencialmente implanificable; tacto deriva etimológicamente del latín tactus y significa tocar, realizar de tangere, tocar. Un término relacionado es intacto: no tocado, no dañado.
Tener tacto es ser solicito, sensible, perceptivo, discreto, consciente, prudente, juicioso, sagaz, perspicaz, cortes, considerado, precavido y cuidadoso; alguien que no tenga tacto se considera que es una persona precipitada, impetuosa, indiscreta, imprudente, poco acertada, inepta, insensible, inconsciente, ineficaz y torpe, carecer de tacto significa ser irrespetuoso, poco reflexivo, atolondrado, torpe, desconsiderado y estúpido.
La solicitud y el tacto suelen ir de la mano, se complementan mutuamente, porque sin solicitud no existe tacto, la solicitud es, en el mejor de los casos, un mero estado interior. La solicitud es el producto de la reflexión autorre-flexiva sobre la experiencia humana.
El tacto es el efecto que uno tiene sobre otra persona aunque consista, como a veces suele ocurrir, en contenerse en esperar. El tacto social general en la interacción entre adultos y la forma más específica del tacto pedagógico entre los adultos y los niños. Tener tacto, en un sentido general significa que respetamos la dignidad y la subjetividad de la otra persona y que tratamos de ser receptivos y sensibles a la vida intelectual y emocional de los demás, sean jóvenes o viejos. El tacto pedagógico es una expresión de la responsabilidad que asumimos al proteger, educar y ayudar a los niños a madurar.